Crónica de un verano 1961 - Jean Rouch

El Yo frente a la cámara



Lo primero que me viene a la mente al pensar en este documental es la entrevista de una mujer a quien le está temblando un cigarrillo en la mano. Al estar al borde de la catarsis lo que menos hace es preocuparse por su imagen ante la cámara, es más natural pues simplemente es captada tal y como se encuentra, no como se decide mostrar (a diferencia del resto de los personajes).



De momentos se puede sentir una atracción casi magnética por algunos de los personajes pues se mueven como pez en el agua frente a la cámara y se sienten lo suficientemente cómodos como para inclusive actuar/pretender (aunque lo oculten). Quizás es el actuar diario en el que la máscara ya es inherente en sus vidas y suelen  mostrar sólo lo que desearían que otros vieran en ellos.


En algunos casos se quejan de su situación, pues finalmente se les está cuestionando sobre aspectos de su vida u opiniones generales. Pero me llama la atención cómo la conciencia de la cámara también los lleva a querer demostrar un estado de bienestar, por ejemplo la pareja del departamento parisino que claramente (y ellos lo dicen) habitan un espacio por demás modesto, pero ellos muestran algo en lo que sienten que puedan destacar: su cultura, algo que los distingue, “No tenemos mucho dinero, pero incluso amigos que sí no tienen los discos o libros que nosotros tenemos”.

 


Se confronta a los mismos personajes sobre lo que ellos mismos a manera de “realidad” le confiaron a la cámara, ahora en una proyección son testigos de la subjetivización de la realidad y pueden cuestionarla.
Así pues, gracias a lo que pudiera ser una inteligente y secreta (hasta para los protagonistas) puesta en escena, Rouge nos muestra la ironía del cinema verité pues la realidad nos da una especie ficción que al mismo tiempo nos revela una realidad más profunda:

Nos damos cuenta de que no por tratarse de entrevistas que inclusive tienen la intención por parte del entrevistado de ser contestadas sinceramente,  se puede mostrar al cien por cien la verdad. Sin embargo, irónicamente la ficción que se crea nos muestra la realidad
de las facetas: mentimos, aparentamos, así somos los humanos.  Así es el cine. 

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